lunes, 30 de marzo de 2009

"Queremos conocer a Jesús" (San Juan 12, 20-33)


"Quisiéramos ver a Jesús". Es la súplica que unos gentiles hacen a Andrés y Felipe, según el Evangelio de ayer domingo (Juan 12,22-30).

Es la súplica que nosotros hacemos: "Queremos ver a Jesús". Y lo vemos bajo el velo de la fe. Lo vemos principalmente en la Eucaristía donde está realmente presente bajo las especies del pan y del vino, pero lo vemos también en los demás, en los que sufren, en los indefensos...

Así comenzaba ayer el Evangelio: Dos griegos se acercan a Andrés y Felipe con esta pregunta.
Ellos se acercan al Maestro y se lo dicen. Jesús accede a conocerlos.

Me ha llamado la atención este Evangelio, me ha hecho meditarlo de una manera especial.

Os habéis preguntado alguna vez...
¿Cuántas personas en estos tiempos están ansiosas de conocer a Jesús?
¿Cuántos esperan encontrarse con Él?
¿Cuántos esperan ese encuentro para cambiar su vida?
¿Cuántos están desesperados, queriendo que alguno de nosotros le muestre el verdadero rostro de Dios?

¿Cómo podemos mostrárselo nosotros y que lo conozcan?
¿De qué manera podemos nosotros convencer a los demás, de que seguir a Jesús merece la pena?
¿Qué esperan ver los increídos de nosotros los cristianos, para quedar ellos convencidos, de que seguir a Jesús no es ninguna atadura?

Está claro, que nosotros no podemos hacer milagros como Él. Está también claro que si les damos un gran sermón, no nos van a escuchar, porque estamos hartos de discursos con muchas palabras y todas vanas.

¿Entonces que hacemos?

Tenemos un gran reto ante nosotros, pero que es nuestra misión y debemos cumplirla.

La respuesta está aquí:

“Por sus obras los conoceréis” (Mt 7,15-20)

Decimos con mucha frecuencia esta frase: “Por sus obras los conoceréis”, que tiene su fuente en el Evangelio… Lo dijo Jesús para darnos un criterio que nos ayude a distinguir entre los verdaderos y los falsos profetas…
No todos los que hablan, están en la verdad. La palabra y la acción deben ir unidas.

Nuestro testimonio, debe llevarnos a la expansión de la vida de Jesucristo por todo el mundo.
Nuestras acciones deben estar formadas de palabra y acción.
Precioso pero difícil reto el que nos espera. Debemos actuar en favor de los que están paralizados, en favor de los que están desesperanzados, en favor de los que están hundidos... en favor de LOS QUE NO TIENEN VOZ o los han hecho callar mediante la represión.
Nosotros tenemos que Mostrar y dar a Conocer al verdadero Jesús, a todo el mundo, para que le conozcan.
Nosotros debemos hablar y actuar por ellos, y por esto, "Conocerán que somos verdaderos cristianos".

Ciao.

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